Construida en 1939, la iglesia de Frutillar nació por la iniciativa de los padres jesuitas y la comunidad local, con don Humberto Stempfle como primer párroco. Su importancia histórica y espiritual la convierte en un ícono cultural de la ciudad.

Sistema Constructivo

Su estructura de madera nativa combina elementos neogóticos como arcos ojivales y cúpulas nervadas, con pintura que imita mármol. El interior evoca cielos estrellados, pintados de celeste con pequeñas estrellas doradas, creando una atmósfera única y patrimonial.